Como todo este tipo de turismo ha ido evolucionando convirtiéndose cada vez más en una toma de contacto con el campo y sus costumbres, buscamos destinos en los que podamos coger a diario productos de la huerta, o incluso algún valiente llegue a ordeñar. En un principio las instalaciones de las casas no eran buenas, pero tampoco era lo que se buscaba, ahora afortunadamente con el incremento de la oferta de estos establecimientos la calidad ha ido en aumento.

Un alojamiento rural que se precie en la actualidad ofrece todo tipo de servicios, desde bañera hidromasaje hasta una perfecta conexión a internet, eso sin olvidar un desayuno contundente de toda la vida, muy alejado de la bollería industrial.