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27 de agosto de 2015

Si decides hacer turismo rural, elige a Albacete

Albacete es una de las provincias pertenecientes a la Comunidad de Castilla La Mancha. Esta zona de España es conocida, entre otras cosas, por sus viñedos, sus campos, su sinuoso río Guadiana y sus Parques Naturales Reserva de la Biosfera.

Los albaceteños y críticos de la geografía comentan que este lugar es uno de los grandes desconocidos de la Península Ibérica, pero hay veces que sería ideal romper con ciertas afirmaciones que suenan a tópico. Te recomendamos, pues, conocer esa zona española en la que el color ocre luce con esplendor, y por supuesto, sus castillos y pueblos medievales son su aliciente más selecto.



Desde cualquier punto del país, comienza a conocer la región a través de la carretera de Valencia. Uno de los primeros pueblos que te encontrarás será Casas Ibáñez. A partir de dicho sitio, el ambiente y el entorno se transforma. Ya no es árido ni seco, sino que la llanura manchega se convierte en grandes cañones de caliza transparente bañados por el río Júcar. En este pueblo, se halla el Castillo de Alcalá de Júcar. Se caracteriza por ser una fortificación musulmán que se yergue a dicha localidad. Es un monumento civil que se puede visitar todos los días del año por tan sólo 2 euros. Entre tanto, date un paseo después por las calles ibañeses debido a que las construcciones son blancas y las callejuelas son empinadas y abruptas, un juego geográfico extraño en La Mancha. Desde 1982, Casas Ibáñez es considerado Conjunto Histórico-Artístico.

A continuación, en las inmediaciones de la autovía A3, se ubica La Jorquera y los restos de una muralla árabe que data del siglo XV. Después, un poco más abajo, a orillas del río, se sitúa otra localidad llamada Cubas. Un lugar que te dejará perplejo por sus casas-cuevas realizadas en piedra. Este tipo de construcción tiene un motivo, ahorrar en paredes. Muchas de dichas viviendas han sido rehabilitadas para hacer casas rurales.

Por otro lado, si vas dirección Alicante por la autovía A66, se aúnan los hogares de Carcelén, además de un antiguo castillo que ha sido convertido en la biblioteca municipal del pueblo. Se podrá visitar de forma libre y sin coste.



A la altura del anterior municipio, se encuentra la ciudad medieval por excelencia de Albacete, que es Almansa. Un lugar en el que existe un castillo a los pies del Cerro del Águila. Estando allí, súbete a la torre-mirador  a través de la elegante escalera caracol y házte multitud de fotografías para tus álbumes, sorprenderás a los tuyos sin precedentes. Y no sólo eso, si quieres recordar esta fortificación durante el resto de tu vida, compra en la Oficina de Turismo una maqueta. Este pueblo de la Edad Media cuenta además con el Palacio de los Condes de Cirat y la Casa Grande, que están vigentes desde el siglo XVIII.

Poco a poco, nos queda menos para llegar a Alicante, pero antes, se halla la localidad albaceteña de Chinchilla de Montearagón. Alucinarás con su laberinto trazado con materiales de antaño coronado por el Castillo creado por Pedro Pacheco. Todas las calles del pueblo están adoquinadas con piedra.

Si quieres rematar tu jornada de turismo rural manchego, para a comer en el Parador de Albacete. Es uno de los establecimientos más emblemáticos de la comarca, donde te ofrecerán degustar las migas, la olla de pueblo o el propio gazpacho artesanal. Todos estos sabores se complementan con la carne de caza que se guisa de 25 formas distintas. Para finalizar tu menú, toma de postre los miguelitos.

A la vuelta, conoce el Museo Provincial de Albacete. Dentro se acogen dos museos: El Museo Arqueológico y el Museo de Bellas Artes. Se celebran exposiciones para mostrar, entre otras óperas primas, Las Muñecas Romanas, unos juguetes cimentados con marfil y ámbar. Otra de las obras de arte excepcionales albergadas en estos sitios culturales son la Esfinge de Hache, la Cierva de Caudete y el León de Bienservida.


Llegados a este punto, ¿todavía piensas que Albacete dispone de un paisaje obsoleto y de unos pueblos llanos sin esencia? ¡Déjate llevar, y adéntrate en aquellos lugares de La Mancha de cuyo nombre sí querrás acordarte!.